(Lo que en el mundo sanitario se conoce como Soporte Vital Básico – RCP Básica no instrumental)
Ante una parada cardio respiratoria debemos seguir los eslabones de la cadena de la supervivencia que mencionábamos en la introducción de ésta sección de píldoras informativas de primeros auxilios. ¿Lo recordáis?
¿Cómo reconocemos una PCR?
Realmente es más fácil de lo que creemos. Consiste en un par de pasos muy rápidos y determinantes:
1º. Primero hay que valorar la consciencia de la persona:
A – (Alerta) Si al acercarnos la persona reacciona, saluda, se mueve… está perfectamente consciente. No está en parada cardio respiratoria ¡Bien!
V – (Verbal) Si no se ha dado cuenta de que nos acercamos,
porque está aparentemente dormido o atontado, tratamos de hablar con él/ella:
¡Hola! ¿Estás bien? ¿Te ocurre algo?… si responde, ¡está consciente! ¡Genial!
Si necesita ayuda, nos lo hará saber.
(Si se trata de una persona sorda o con algún déficit auditivo puede no
reaccionar a la voz, pero sí a un ligero zarandeo o sencillamente a
posicionarnos delante y saludar)
D- (Dolor) Puede ser que no responda a estímulos verbales…
Si no responde a nuestra voz, probamos con estímulos físicos. La zarandeamos un
poco y si no reacciona, probamos con un estímulo doloroso sutil, como apretar
las cutículas de las uñas o el trapecio (el músculo protuberante entre el
cuello y el hombro).
Nunca pegaremos, pellizcaremos o agrediremos en modo alguno a la persona que
estemos valorando, no es necesario en absoluto para valorar la consciencia… si
responde a éstos estímulos: no está en parada cardio respiratoria y no está
inconsciente. Solo adormecida por alguna otra causa.
N – (No responde) Si no responde a nada de esto: ni a nuestra voz, ni a estímulos dolorosos, podemos decir que la persona está inconsciente. ¿Y ahora qué?
2º Ahora veremos si respira. Para ello, abriremos la vía aérea. Si la persona está tumbada, echaremos su cabeza hacia atrás, en un movimiento suave con una mano en su frente, y con la otra mano levantaremos el mentón, para abrir la vía aérea y ya de paso comprobar si tiene algún objeto en la boca. ¿No lo tiene? Mejor, veamos si respira…
Es fácil. Todo el mundo cuando respira expande y contrae el pecho ¿verdad? Y
sale aire caliente de su nariz o su boca ¿no? Pues debemos comprobar que esto
sucede. Podemos colocar una mano en el costado mientras observamos que el pecho
se levanta o bien colocar algo delante de su nariz (¿un móvil?¿un espejo de
bolso?) para ver si crea vaho al exhalar. Si durante 5-8 segundos notamos que
efectivamente respira ¡bien! Está inconsciente pero no en parada.
Colocaremos a la persona en posición lateral de seguridad (PLS) y pediremos ayuda al 112.
Si en un máximo de 5-8 segundos, no notamos que respire… esta persona está en
Parada Cardio Respiratoria, es decir, ha dejado de respirar y su corazón se ha
parado o está muy próximo a detenerse. ¡Debemos activar la cadena de la
supervivencia de inmediato!
1er eslabón: ALERTAR
Llamar al 112 y facilitarles todos los datos pertinentes:
– Suceso > Una persona inconsciente que no respira,
situación en la que se encuentra, si se ha parado delante de nosotros o estaba
así cuando llegamos, si tiene más daños, si hay más de una víctima
– Lugar del suceso > Dónde se encuentra, calle, edificio,
planta, esquina, referencias visuales que faciliten a la ambulancia encontraros
a la víctima y a ti. Si hay una torre, un cartel llamativo, un comercio
reconocible al llegar…
– Accesos al lugar > Si hay alguna calle cortada, obras,
incorporaciones de carreteras, cruces o desvíos extraños que conozcas o puedas
reconocer desde donde estás. Esto ayudará al conductor de la ambulancia a
llegar antes al punto donde os encontráis y hará más rápida la asistencia.
– Datos de la persona > Todo lo que sepamos sobre ella,
edad, sexo, si conocemos sus antecedentes médicos, etc
– Toda la información que requiera el operador del 112.
¡No colgaremos hasta que nos lo indiquen!
2º eslabón: RCP Precoz
Para hacer una buena RCP (Reanimación Cardio Pulmonar) la víctima debe estar tumbada bocaarriba sobre una superficie dura, el suelo, por ejemplo. No sirve un sillón ni una colchoneta, porque haría inefectivas las compresiones.
Nos situaremos al lado de la persona, de rodillas, en una postura
equilibrada y cómoda para nosotros, desde la que podamos situar las manos en su
pecho, con los brazos completamente rectos, formando 90º con el suelo, como se
ve en la imagen.
Situaremos las manos en el centro del pecho del paciente, para lo cual
retiraremos todas las prendas de ropa, (si es necesario las cortaremos),
buscaremos el centro del esternón y colocaremos el talón de una mano sobre él y
con la otra enlazaremos la primera.
Una vez así, ejerceremos presión sobre el pecho, de modo que éste descienda unos 4-5cm y dejaremos que se expanda de nuevo. Éste movimiento lo repetiremos a ritmo de 100 compresiones por minuto. Eso es una reanimación cardipulmonar.
Debemos sustituir con nuestras compresiones el movimiento del corazón, que se ha parado, para que la sangre continúe fluyendo por el cuerpo y alimentando los tejidos y órganos.
3º eslabón: DESA
El DESA o desfibrilador semiautomático es un aparatito de electromedicina muy fácil de usar y al alcance de cualquier persona. Hoy en día se puede encontrar en centros comerciales, polideportivos, edificios de oficinas, algunos centros de trabajo, transportes… con suerte poco a poco estará en cada restaurante, cada tienda y casi cada esquina, ya que está comprobada su eficacia en la “resucitación” de víctimas de parada cardio respiratoria, en aplicación inmediata tras la parada.
La colocación del DESA y su funcionamiento son bien sencillos. La mayoría tiene tan sólo dos botones, encendido y descarga, y la posición de los parches definida con dibujos en cada uno de ellos, de forma inequívoca.
Se enciende el aparato y se colocan los parches sobre el pecho desnudo del paciente, tal como se ve en la imagen.
El aparato indicará cuándo se debe dejar de tocar al paciente y qué se debe
seguir haciendo, si dar compresiones o aplicar una descarga pulsando el botón
de descarga.
La descarga del DESA es una corriente eléctrica que resetea el corazón, de modo que si estaba parado o con un determinado ritmo errático, lo que hace es reiniciarlo, como un ordenador, para que vuelva a funcionar adecuadamente, con un ritmo eficaz.
Es realmente el DESA y no las compresiones manuales lo que restaura la vida del paciente, al reiniciar el movimiento del corazón, pero son las compresiones iniciales las que mantienen la irrigación de los tejidos y por tanto la calidad de vida posterior del paciente.
Hasta aquí es hasta donde podemos llegar en nuestra actividad y son realmente los pasos más importantes para salvar una vida.
El 4º eslabón ya corresponde a los servicios de emergencia, que aplicarán medicación específica, seguirán con el masaje y las descargas y usaran otras técnicas más avanzadas e instrumentalizadas, para sacar a la persona de la parada cardiorespiratoria con la mejor calidad de vida posible.
El 5º eslabón, una vez concluido el trabajo de los servicios de emergencia,
se lleva a cabo en el hospital, garantizando la estabilidad
del paciente y facilitando su reincorporación a su vida normal.
Y hasta aquí la entrada de hoy sobre ¿cómo actuar ante una parada
cardiorespiratoria?
Si te ha sido útil, ¡compártelo!
Si tienes algo que anotar, ¡comenta!
PD- Imágenes del DESA cortesía de Clemensa. Imágenes de PLS, apertura de vía aérea, estímulos dolorosos y RCP cortesía de Yda y León.
Formación sanitaria y en emergencias para todos los públicos.