El bien más preciado que tenemos en nuestro cuerpo es la sangre. La sangre transporta oxígeno y nutrientes para alimentar todas las células del organismo, transporta los deshechos y recorre cada rincón de nuestro cuerpo para mantener todos los tejidos vivos y en funcionamiento. En contra del popular dicho “mejor fuera que dentro”, en éste caso podemos decir, sin temor a errar: “la sangre: mejor dentro que fuera” ya que, como podemos apreciar cuando nos damos un golpe, se rompe un vaso y se forma un moretón, los tejidos reabsorben la sangre y ésta se depura para seguir funcionando y haciendo funcionar el cuerpo.

Es por ello que, cuando se produce una herida (entendiendo por tal: toda pérdida de continuidad en los tejidos del cuerpo, sea en la piel o en cualquier otro punto del organismo) y se pierde sangre a través de ella, es imperativo tratar de mantenerla dentro del cuerpo, es decir, buscar la coagulación y el cierre de esa brecha para que todo siga funcionando como debe.

Tipos de hemorragias:

Externas. Se producen a través de la piel, del interior del cuerpo al exterior.

Internas. No salen a través de la piel, se acumulan debajo de la misma, produciendo desplazamiento de los tejidos aledaños y por tanto inflamación o tumefacción en la zona afectada.

Externalizadas. Se producen en el interior del cuerpo pero salen al exterior por orificios naturales (nariz, orejas, boca, ano…)

 

¿Cuáles creéis que son más graves?

¿Cómo se trata una hemorragia?

1 Compresión

Con una gasa estéril (A poder ser) presionaremos la herida con fuerza. No dejaremos de apretar y no retiraremos la primera capa de gasa (la que está en contacto con la piel) aunque se empape. Seguiremos añadiendo más por el exterior y apretando con fuerza.

Excepción: si la sangre mana de los oídos, hay que dejarla fluir, tumbando a la persona sobre el lado que sangra

2 Elevación

Si la hemorragia es a través de un corte o herida en miembros superiores, mantendremos el brazo elevado, ejerciendo compresión sobre el punto de hemorragia. Si se trata de una pierna, intentaremos elevarla en la medida de lo posible

3 Vendaje compresivo

Vendaremos con fuerza el paquete de gasas con el que estamos presionando el punto de hemorragia y así sujeto llevaremos a la persona a un centro médico

4 Torniquete (último recurso)

En caso de encontrarnos muy lejos de la civilización, a mucha distancia o tiempo de un recurso sanitario efectivo y no parar de sangrar por ninguno de los medios anteriores, si la pérdida de sangre fuera tal que corriera peligro la vida de la persona afectada, se podría realizar un torniquete. Las pautas son:

  • Utilizar un elemento de sujección ancho tipo cinturón o cincha de mochila (un cordón o elemento muy fino seccionaría la carne y haría más daño que arreglo).
  • Aplicar el torniquete en el punto más cercano al corazón (si es en la pierna, pegado a la ingle; si es en el brazo, pegado al hombro)
  • Anotar en lugar visible la hora exacta de la aplicación del torniquete
  • No aflojar bajo ninguna circunstancia. Antaño, en muchos manuales, se recomendaba aflojar el torniquete cada X para permitir el riego, pero se ha demostrado que permitir esta circulación es contraproducente, por las sustancias de desehecho, acumuladas en el miembro comprimido, que pueden dar lugar al colapso repentino del corazón

Espero que el post os haya sido útil. Gracias a la Cruz Roja Mexicana por la divulgación de material tan fabulosa que hacen en la red.

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